A continuación 1d6 de mis mutaciones favoritas, todas usadas en campañas añejas.
1.- Cráneo en llamas
La piel del maldecido se cae a pedazos y a pesar del intenso
dolor y shock, la victima sigue en pie. Una llama azul rodea su testa, ahora
perfectamente visible. Sin ojos puede ver a la perfección, incluso en la
oscuridad más profunda, porque la llama de su cráneo le sirve cómo incesante
antorcha. Su apariencia intimada enemigos y aliados por igual.
2.-Demonio empalmado
La palma de la mano se encuentra siempre agitada por los
movimientos agresivos de una boca que llevas casi siempre cocida. En caso de
soltar el hilo sabes que liberas una boca demoníaca, que con sus dientes y
lengua burlona no hacen más que señalar todos tus defectos y torpezas. De no
ser por sus conocimientos profundos en magia negra, siempre la mantendrías
cocida.
3.- Ojo en vez de estomago
Eres un monstruo, no hay vuelta atrás. Aun que no lo
quieras, la mirada que llevas en el estomago no puede ocultarse y si es visto
con atención genera una ceguera permanente sobre su víctima o un desangre
producido a través de un intenso llanto rojizo. Con el gran ojo siempre podrás
ver el lugar donde se encuentra el ente que más desprecias, a parte del ojo,
claro esta.
4.- Cuernos
Con un pesada influencia bíblica, lo mejor es que te
encuentre en una ambientación en donde los cuernos no son vistos con desprecio
o te la pasaras siendo perseguido por pueblerinos fanáticos. Perfectos para
colgar sacos e empalar victimas por igual. Son de igual forma un perfecto
anuncio para los adeptos a las artes oscuras, de que tu cuerpo puede servir de
perfecta conexión con otros planos dimensionales.
5.- Lengua afilada
Capacitada para extenderse hasta los 3 metros y con los
bordes afilados cómo navajas, tú lengua es un arma letal y pegajosa que puede
poner en aprietos a quien se encuentre adyacente a ti. Si no la quieres para rebanar, de igual
forma puedes estrangular a tú víctima y si la demencia se apodera de ti,
incluso podrías intentar digerirla.
6.- Sangre Negra
Una mutación no tiene porque ser vistosa o agresiva. Tú
sangre negra es la perfecta arma defensiva, ya que al sufrir un corte severo en
vez de aventajar a tú atacante, terminaras por salpicarlo con acido ardiente. Y en casos desesperados, puedes cortarte las
muñecas e intentar salpicar a todos los que te rodean con tú sangre maldita,
pero no la uses en exceso o terminaras desmayado.
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