domingo, 2 de septiembre de 2018

Una crítica despiadada

Me pareció curiosa la entrada sobre una de las primeras discusiones en la escena rolera hispanohablante, que se publico en el blog de rol de los 90´s. Con la entrada nos podemos dar una idea de como podía surgir una polémica o debate con los medios de hace unas décadas atrás, y también se muestra a mi parecer como es que nada o muy poco a cambiado en realidad. Las discusiones en nuestro mundillo salen por el mínimo detalle y la lógica pasivo-agresiva se mantiene como primer nivel de un discusión que de ser mal llevada, puede conducir a insultos personales entre los participantes y cosas peores.

Así lo veo con lo poco que se nos muestra en el artículo y me hace pensar en que la crítica y lo enfrentamientos son parte de la vida y aunque cambia de forma según el tipo de sociedad de la que se forma parte, los encontronazos más temprano que tarde suceden. La mona, mona se queda, aunque la vistan de seda.


Por otro lado en referencia ala pregunta que se plante al final de la entrada de blog de los 90´s, me parece que la respuesta es sin dudas un contundente si, ya que si  emporios como el de los videojuegos o el mundo del espectáculo se han visto afectados por las criticas mordaces de las multitudes y personalidades de Internet, no me parece que existan una razón para no creer, que exactamente lo mismo puede pasar con el pasatiempo rolero. Es cierto que el hobby de los juegos de rol es pequeño en comparación a otros pasatiempos, pero eso no le hace invulnerable al escándalo, los fraudes y las criticas mordaces. 

Y aunque a veces el recibimiento de un nuevo producto por parte de la comunidad rolera puede resultar agotador en ciertas circunstancias, me encuentro completamente en contra de la lógica de que los "trapos sucios se lavan en casa".  Lo mejor en mi opinión es compartir de forma honesta y clara, la critica y el señalamiento por más destructivo que pueda ser, comprendiendo que dicha opinión u obra puede ser criticada, aplaudida o ignorada por otros. A lo que se tiene que sumar en estos tiempos de redes, el hecho de que nuestras palabras pueden ser eliminadas y bloqueadas por el otro, así como cada uno puede hacer lo correspondiente. 

El chiste es seguirnos expresando, seguir creando y compartiendo, tomando bien en cuenta que los reproches, los aplausos y la indiferencia serán las eternas compañeras de cualquier persona con ganas de compartir o vivir de sus ideas, así las cosas. Son tiempos extraños para la libertad de expresión, pero la verdad es que siempre lo han sido. 





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