sábado, 16 de abril de 2016

Por cierto, volvía a probar "Nahual"

Hace poco participe como jugador en varias cesiones del juego Nahual,   junto a un grupo de roleros mexicanos  y   con el propio creador del juego, Miguel Ángel Espinoza. La  experiencia  mostró como funciona un sistema powered by apocalypse para adaptarse en ambientaciones dotadas de elementos muy específicos. El caso de Nahual es singular dentro de la cultura mexicana, ya que se basa en las novelas gráficas de  Edgar Clement,  "Operación Bolivar" y "Perros Salvajes".

En las obras de Clement se ve reflejado la mezcla entre la mitología azteca y la dureza de la realidad mexicana actual, creando un mundo agrío en donde la magia chamánica se entremezcla con el narco y la política. Retomando al juego de Nahual,  de la obra de Clement  se toma la figura de los nahuales, que son hombres y mujeres con sangre indígena en sus venas con la habilidad de transformarse en seres dotados de capacidades super humanas.

Nahual busca que los jugadores ocupen el papel de los Nahuales y brinda elementos únicos dentro de un sistema powered by apocalypse,  para que sea notable  la entrada al estado nahual, permitiendo que se mezcle un ambiente de realidad callejera con superheroes.

El resultado me va gustando y aun que siguen existiendo cosas del sistema que no me agradan. Debo admitir que me divertí bastante, para muestra un botón, hagan el favor de checar los vídeos y visitar el patreon del juego. 







jueves, 7 de abril de 2016

Borracho estaba, pero me acuerdo

Es el título de la autobiografía de  Victor Hugo Viscarra, el sujeto que han llegado a nombrar como el "Bukowski Boliviano" debido a su estilo cínico, ácido pero sincero para describir la realidad nocturna de lo que sucede en las cantinas, barrios y escondrijos bajo los puentes . El libro sin mención alguna de D&D o dados que superen las 6 caras, guarda elementos que valdría la pena resaltar en las partidas.

No se como sera en sus mesas, queridos roleros, pero tomando en cuenta que una gran cantidad de nuestras partidas se encuentran ambientadas en sociedades medievales o  al menos  en sociedades decadentes, siento que no se le brinda una personalidad suficiente al bajo mundo y menos aún a nuestras cantinas.

En "Borracho estaba, pero me acuerdo", Viscarra narra con detenimiento y autocrítica todo lo que podía pasar en un bar de mala muerte en la Paz, como un cuadro, nos describe que al entrar en la cantina puede ver a una pareja comiéndose a besos en una esquina, en una mesa se encuentra un borracho luchando para romper la cadena que sujeta su tarro a la mesa. Y en otra de las mesas se mira un intercambio entre dos vagabundos, donde uno cambia un par de zapatos roídos por una botella vacía de cerveza y claro conversaciones sobre política, religión y chismes sobre quien se acuesta con quien.

Sumar descripciones que agreguen carácter a nuestras partidas es lo que nos brinda Biscarra y posiblemente pudiera compartir otros ejemplos sobre lo que sucede en los callejones oscuros o debajo de los puentes, pero no quiero verme obligado a cambiar este blog a solo para mayores.

La siguiente vez cuando que el grupo de aventureros entre a una cantina, quedarán seguramente sorprendidos si en vez de encontrar al típico tabernero gordo limpiando vasos, se encuentran con un lugar que apesta a orines, con las sillas grasientas y una cucaracha paseando por la frente de un comensal dormido, no es agradable, pero al menos no es aburrido.